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lo que nosotros hemos enseñado a los nuestros:
que la Tierra es nuestra madre.
Todo cuanto hiere a la Tierra
hiere a los hijos e hijas de la Tierra.
Si los hombres escupen en el suelo,
se escupen a sí mismos.
Una cosa sabemos:
que la Tierra no le pertenece al hombre.
Es el hombre el que pertenece a la Tierra.
De eso tenemos certeza.
Todas las cosas están relacionadas entre sí
como la sangre que une a una familia.
Todo está vinculado.
Lo que hiere a la Tierra,
hiere también a los hijos e hijas de la Tierra.
No fue el hombre el que tejió la trama de la vida:
él sólo es un hilo de la misma.
Todo cuanto haga con la trama
se lo hará a sí mismo.
Jefe Seattle, 1786-1866
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